31 de julio de 2011

"El Saber de la herejía".

Mutchinick, Daniel (Letra Viva, 2011).
Herejía de la buena manera. Con este sintagma, Lacan inventa cómo cuestionar la religión sin crear otra. Es decir, elegir la vía por dónde tomar la verdad pero -aquí el resguardo-, ponerla a consideración de quién quiera confirmarla. Y con esta invención, trabajar para reconocer la naturaleza del síntoma. Usémoslo entonces para interrogar el dogmatismo que se ha instalado en gran parte del psicoanálisis lacaniano por nuestras tierras, y no sólo. Algunos rasgos de este síntoma los leemos en: - una enseñanza que adopta la prevalencia del decir universitario, instaurando un mercado del saber; - una concepción de lectura que, al entender que rigurosidad teórica es repetición, dice lo mismo que Lacan ya dijo mejor y evitando fallar, crea explicación; - la presentación de la clínica al modo de una desganada psicología para confirmar la teoría; - la circulación de los psicoanalistas en las asociaciones, que conserva la pereza neurótica de instaurar un padre referente. Síntoma que desarrolla las resistencias con las que la cultura se libra del psicoanálisis. ¿Qué práctica analítica esperar de este detenimiento discursivo? La interpretación no se produce sin esperanzas y estas páginas, aspiran estar al servicio de señalar y diluir este síntoma. En un intento por retrasar la predicción de Lacan respecto al triunfo de la religión sobre el psicoanálisis. Porque hay que decirlo, por más que los psicoanalistas hacemos esfuerzos en reducir sus alcances, el discurso psicoanalítico -por su estructura-, sabe hacer inteligencia cómo ningún otro.