30 de enero de 2013

"Derrida"

 Benoît Peeters (FCE, 2013). Traducción: Gabriela Villalba.
Escribir la vida de Jacques Derrida es contar la historia de un pequeño judío de Argel, expulsado de la escuela a los 12 años, que se convirtió en el filósofo francés más traducido en el mundo; la historia de un hombre frágil y atormentado, que hasta el final de sus días no dejó de sentirse un "mal querido" de la universidad francesa. Es revivir mundos tan diferentes como la Argelia anterior a la independencia, el microcosmos de la École Normale Supérieure de París, la nebulosa estructuralista o las turbulencias del período posterior a Mayo del 68. Es repasar una serie de amistades con escritores y filósofos excepcionales, como Louis Althusser, Maurice Blanchot, Jean Genet, Emmanuel Levinas y Jean-Luc Nancy. Es reconstituir una no menos larga serie de polémicas, ricas en desafíos pero a menudo brutales, con pensadores como Claude Lévi-Strauss, Michel Foucault, Jacques Lacan, John Searle o Jürgen Habermas, al igual que varios affaires que se expandieron más allá de los círculos académicos e involucraron a intelectuales como Martin Heidegger o Paul de Man. Es reconstruir sus valientes compromisos políticos a favor de Nelson Mandela, los inmigrantes ilegales o el matrimonio gay. Es relatar la riqueza de un concepto –la deconstrucción– y su extraordinaria influencia, mucho más allá del mundo filosófico, en los estudios literarios, la arquitectura, el derecho, la teología, el feminismo o los queer studies.
Para escribir esta apasionante biografía, Benoît Peeters realizó más de cien entrevistas y fue el primero en recorrer el inmenso archivo personal y la abundante correspondencia de Jacques Derrida. Este libro renueva profundamente nuestra mirada respecto de aquel que, sin duda, será recordado como uno de los filósofos más importantes de la segunda mitad del siglo XX

17 de enero de 2013

"Totalidad e infinito. Ensayo sobre la exterioridad".

 Levinas, Emmanuel (Ediciones Sígueme, 2012). Reedición.
En filosofía, ni se puede retroceder a antes de Heidegger ni es posible dar por buena su barbarie. La ardua tarea del filósofo consiste en aprovechar para la nueva filosofía lo que aquél no ha logrado integrar sabiamente en su enseñanza y que sigue vivo y lleno de porvenir en Platón, Descartes, Husserl y, desde luego, en el monoteísmo bíblico, entendido como fuente de sentido para la razón. 
Lo primero a recuperar es el nombre mismo del tema central del pensamiento y de la vida espiritual entera: el ser humano (no el Dasein o el Ultrahombre). Pero sucede que la responsabilidad y el afán por definirlo sólo son comprensibles desde el trascender, la trascendencia, que se experimenta como deseo: deseo de lo otro, de lo absolutamente otro; anhelo activo de salir de la monotonía de uno mismo para ascender a la paz, al bien perfecto. 
La trascendencia, entendida como acontecimiento, no es la plena realización de sí mismo. Es la bondad. Pero ésta no brota espontáneamente de mí (Mismo), sino que viene santamente ordenada por el mandamiento y la presencia del otro (Otro). El hombre cerrado sobre sí Mismo sólo se abrirá a la trascendencia cuando su deseo de alteridad absoluta sea despertado por la irrecusable expresión de Otro, que se insinúa en la dualidad del amor y se suscita plenamente en la fecundidad de este amor.

8 de enero de 2013

"Sobre la visión y los colores. Seguido de la correspondencia con Johann Wolfgang Goethe".

 Schopenhauer, Arthur (Trotta, 2013). Edición y Traducción de Pilar López de Santa María.
Movido más por su admiración por Goethe que por las exigencias de su propio pensamiento, Schopenhauer elabora una teoría del color que pretende, según él, respaldar los simples hechos que Goethe compiló en su Teoría de los colores y apoyar a este en su radical oposición a la teoría newtoniana. En esta línea, el filósofo presenta una consideración del color desde el punto de vista subjetivo (como modificación de la actividad del ojo), completando el tratamiento objetivo realizado por el poeta, que entiende el color como modificación de la luz. Así, y pese a no tener un contenido plenamente filosófico, este escrito contribuye a la comprensión de la teoría schopenhaueriana sobre la intuición empírica y las formas a priori del conocimiento.
El presente volumen, que recoge el tratado Sobre la visión y los colores según la tercera y última edición, fechada en 1854, incluye asimismo la correspondencia entre Schopenhauer y Goethe, en la que se pone de manifiesto la breve y tensa relación entre ambos. El tono de las cartas del joven filósofo refleja su ambigua actitud hacia el maestro, alternando las expresiones de máxima reverencia con ademanes de superioridad hacia la Teoría de los colores, que constituía para Goethe la obra de su vida.