Derrida, Jacques (Ediciones Manantial, 2011). Traductores: Cristina de Peretti, Delmiro Rocha, Luis Ferrero.
Este trabajo encontró su punto de inflexión, en una paciente lectura de
dos textos que él mismo califica de ser «tan heterogéneos como es
posible»: la obra de ficción de Daniel Defoe, Robinson Crusoe, por un
lado, y el seminario impartido por Martin Heidegger en 1929-1930 (Los
conceptos fundamentales de la metafísica. Mundo-finitud-soledad) por el
otro. Jacques Derrida describía en estos términos, en el Annuaire de
l’EHESS 2002-2003, las principales líneas de fuerza de la reflexión que
así emprendió:
Estas lecturas, tan pronto cruzadas, tan pronto paralelas, apuntaban a
un núcleo común: la historia (especialmente la historia política del
concepto de soberanía e incluso, de un modo inseparable, la del hombre
sobre el animal) en la Inglaterra precolonial de Defoe (con su trasfondo
religioso estudiado en Robinson Crusoe) y a través de las numerosas,
distintas y apasionantes lecturas de Robinson Crusoe a lo largo de los
siglos (Rousseau sobre todo, Kant, Marx y numerosos economistas
políticos del siglo XIX, pero también Joyce, Virginia Woolf, Lacan,
Deleuze, etc.) y en la Alemania moderna de Heidegger (el comienzo de la
década de 1930).