El pensamiento de Michel Tort presenta una curiosa amalgama entre una orientación hacia el diálogo y el debate, muchas veces áspero, con sus connacionales, y una apertura a los aportes provenientes de diversos orígenes geográficos y de distintas disciplinas sociales y humanas. En ese sentido, podemos considerarlo como un psicoanalista que ha aceptado limitar la pretensión de universalidad de muchas premisas y supuestos de su disciplina, para reconocer la historicidad, y por lo tanto, la contingencia, de las observaciones clínicas realizadas en un espacio social y en una época determinada.
En el contexto del neoliberalismo, diversas corrientes de pensamiento y las tecnologías del yo que derivan de ellas, se disputan el mercado de la asistencia al malestar subjetivo. Si bien Tort critica de modo agudo muchas de estas propuestas alternativas, no deja de destacar el proceso de captura que han sufrido algunos discursos surgidos de la comunidad psicoanalítica, que se hicieron solidarios de las tendencias sociales conservadoras, reactualizadas ante la ansiedad que despiertan los vertiginosos cambios culturales en materia de familia y de identidad de género y orientación sexual.
La lectura de este libro nos permite adentrarnos en debates que son a la vez, culturales e inherentes a la disciplina psicoanalítica en sí misma. También son, de modo paradójico, localmente franceses, y también globales. Quienes lo lean con atención encontrarán numerosos coincidencias con autores de otras latitudes y con algunas producciones teóricas de nuestro medio. Tal vez esas convergencias nos permitan entender que nuestro pensamiento, lejos de ser un eco de los discursos metropolitanos, es una voz más, que resuena en el coro global que es a la vez, un foro de debates sobre nuevas modalidades de existencia.
Del Prólogo de Irene Meler