Partiendo
de la premisa de que la tragedia, como floreció en el siglo V a. C. se
ha degrado hasta quedar en textos dramáticos que no reflejan la fuerza
de la caída del hombre, Steiner arguye que existen algunos herederos del
clasicismo que supieron reproducirla y mejorarla. El autor recurre a la
literatura comparada y a ejemplos y citas claros para hilar los puntos
clave de este ensayo, que representa un importante pilar en la crítica
literaria.